Caminar puede ser mejor que correr para bajar de peso.

La actividad física de baja intensidad enfocada a optimizar la oxidación de las grasas por sobre quemar calorías puede ser una estrategia eficiente para reducir el peso y la grasa corporal en pacientes con obesidad, disminuyendo también los trastornos cardiometabólicos asociados, según Isaac A. Chávez-Guevara, Ph. D., investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en Ciudad Juárez, México, primer autor de una revisión sistemática en Sports Medicine que ofrece pautas para guiar la intensidad del ejercicio según la frecuencia cardiaca.

Hipótesis: Aunque el mecanismo fisiológico se ignora, tal vez correr promueva una mayor respuesta adrenérgica que caminar o andar en bicicleta fija, con el consiguiente aumento en la lipólisis y la disponibilidad de ácidos grasos libres, señalaron los autores. Chávez-Guevara consideró esto una «buena noticia», porque caminar es la modalidad de ejercicio preferida de las personas con obesidad, lo que podría favorecer un mayor cumplimiento del entrenamiento.

Recomendación: Pero el entrenamiento físico en el que se observa la oxidación máxima de grasas debe combinarse con el entrenamiento de resistencia o fortalecimiento muscular, «al menos 2 días de la semana, de preferencia no consecutivos», ya que quien tiene la mayor capacidad metabólica para movilizar grasas es el músculo esquelético, recomendó la Dra. Sandra Mahecha Matsudo, directora de la especialidad en Medicina del Deporte y Actividad Física de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Mayor, en Santiago de Chile, Chile.