Guía práctica sobre la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular en féminas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de fallecimiento en el mundo, que ha ocasionado más de 15 millones de defunciones anuales.

En los últimos 20 años se han producido importantes avances en el conocimiento de la enfermedad cardiovascular en la mujer, lo que ha permitido el desarrollo de guías específicas por género.

Considerando que las guías realizadas en continentes sirven para definir conductas en nuestra población; no debemos descartar que en Latinoamérica hay realidades diferentes. Hay estudios como el INTERHEART, con inclusión de mujeres latinoamericanas, que demostró que estas tienen un mayor riesgo de tener un infarto agudo de miocardio, que las mujeres del resto del mundo.

 

El objetivo de las guías prácticas clínicas del Consejo de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer de la Sociedad Interamericana de Cardiología (SIAC) fue desarrollar el primer conjunto de guías basadas en evidencia para la prevención de la enfermedad cardiovascular en mujeres adultas latinoamericanas.

 

La primera guía latinoamericana de prevención primaria de enfermedad cardiovascular publicada en habla hispana por los Archivos Mexicanos de Cardiología tiene 15 sociedades científicas participantes, 77 autores y siete revisores externos. Además, incluye recomendaciones en las que se simplifica el uso práctico de las mismas, con su respectivo nivel de evidencia, se asignó un símbolo a cada clase de recomendación. Incluye además siete tablas, seis figuras y una ilustración central. A continuación, las recomendaciones más relevantes:

 

1. Historia familiar de enfermedad cardiaca prematura.

  • En adultos con riesgo bajo o intermedio en la estratificación del riesgo cardiovascular es razonable utilizar la presencia de historia familiar de enfermedad cardiaca prematura para recategorizar o reestratificar el riesgo y orientar las decisiones sobre las intervenciones terapéuticas (IIa/IIb-B).

2. Dislipidemias.

 

  • Control de factores de riesgo cardiovascular asociados y cambios de estilo de vida, dieta saludable rica en frutas y verduras, cereales, pescado, alimentos con contenido bajo en grasas saturadas, limitar consumo de alcohol, 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, incluir actividades de fortalecimiento muscular dos veces por semana y cesación tabáquica (Ia-A).
  • Se recomienda el cribado de lípidos y lipoproteínas establecidos para población general (Ia-A).
  • Se sugiere determinar el riesgo cardiovascular individual en mujeres. Definir los objetivos y metas de tratamiento para prevención de enfermedad cardiovascular de acuerdo con el riesgo establecido. Indicar estatinas en mujeres en prevención primaria con alto riesgo cardiovascular y considerarlo en aquellas con riesgo intermedio que tengan algún factor potenciador del riesgo (Ia-A).

3. Diabetes.

  • Control de factores de riesgo cardiovascular asociados y cambios de estilo de vida; dieta saludable, rica en frutas y verduras, cereales, pescado, alimentos con contenido bajo en grasas saturadas, limitar consumo de alcohol, 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, incluir actividades de fortalecimiento muscular dos veces por semana y cesación tabáquica. En toda mujer con diabetes, glucosa alerada en ayunas o intolerancia a la glucosa, intensificar cambios en el estilo de vida (Ia-A).
  • Todas las mujeres con sobrepeso u obesidad deben ser instruidas y aconsejadas sobre la relación existente entre esta afección y el potencial riesgo de desarrollo de diabetes de tipo 2 (Ia-B).
  • En caso de glucosa alterada en ayunas (110 a 126 mg/día), realizar prueba de tolerancia a la glucosa oral y en caso de ser negativa, repetirla anualmente. Determinar los objetivos y metas de tratamiento para la prevención de enfermedad cardiovascular de acuerdo con el riesgo determinado. Hemoglobina glucosilada 7% en la mayoría de las mujeres adultas, aunque el objetivo debe individualizarse según edad, fragilidad y riesgo de hipoglucemias. No hay diferencias en cuanto a los fármacos para el tratamiento entre hombres y mujeres (Ia-A).
  • Se recomienda en toda mujer con diabetes la búsqueda de daño de órgano blanco para recategorizar el riesgo cardiovascular (Ia-C).

4. Sobrepeso y obesidad.

  • Se recomienda mantener un peso saludable con índice de masa corporal de 18,5 a 24,9 kg/m2y perímetro de cintura < 88 cm en mujeres. Se recomienda la pérdida de peso en mujeres con sobrepeso u obesidad con el objetivo de mejorar su perfil de riesgo cardiovascular. Control de factores de riesgo cardiovascular asociados y cambios de estilo de vida: dieta saludable rica en frutas y verduras, cereales, pescado, alimentos con bajo contenido en grasas saturadas, limitar consumo de alcohol. Cesación tabáquica. Realizar 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, incluir dos veces por semana actividades de fortalecimiento muscular; en caso de limitaciones físicas personalizar el plan de entrenamiento (Ia-A).
  • Debe transmitirse en cada oportunidad que se tenga el aumento del riesgo cardiovascular, de diabetes, mortalidad y disminución de la expectativa de vida que tiene la mujer con obesidad, empoderando a la mujer con el conocimiento adecuado (Ia-B).
  • Respecto al tratamiento, se recomienda manejo con equipo multidisciplinario y considerar tratamiento farmacológico o cirugía bariátrica cuando no se logra el objetivo planteado de descenso de peso. La farmacoterapia está indicada en mueres con índice de masa corporal > 30 o > 27 con la presencia de comorbilidades (Ia-A).

5. Actividad física.

  • Niñas, adolescentes, jóvenes: 60 minutos diarios de actividad física aeróbica de intensidad moderada a vigorosa, incorporando ejercicios de resistencia y fortalecimiento por lo menos tres días a la semana, así como realización de varias horas de actividad física de intensidad leve a lo largo del día (Ia-A).
  • Embarazo: actividad física de intensidad moderada, por lo menos 150 minutos semanales, idealmente repartida durante toda la semana. En caso de no poder realizar esta cantidad o intensidad, se recomienda que se mantenga tan activa como pueda (Ia-A).
  • Mujer adulta: 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos semanales de actividad física vigorosa o el equivalente al combinar estas dos intensidades, además de incluir actividades de fortalecimiento muscular dos veces por semana. Para pacientes que han tenido un evento cardiovascular agudo, la actividad física y el ejercicio debe ser inicialmente prescrita a través de un programa de rehabilitación cardiaca. La mujer debe ser rutinariamente asesorada en cada visita médica sobre las ventajas de realizar actividad física de manera óptima como parte de un estilo de vida saludable (Ia-A).
  • Mujer adulta mayor: 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, ejercicios de coordinación, balance y fortalecimiento. La intensidad de la actividad física siempre debe tener como punto inicial el nivel y capacidad individual y sus comorbilidades. Si no se alcanza a realizar la recomendación de 150 minutos semanales es importante realizar la cantidad de actividad física que sea posible (Ia-A).

6. Tabaquismo.

  • En la anamnesis de cada consulta médica se debe incluir el consumo de tabaco o exposición al humo de tabaco y el estado de fumador deberá ser registrado como un signo vital para facilitar las estrategias de cesación (Ia-A).
  • Las mujeres fumadoras deben recibir enfáticamente la recomendación de abandonar el hábito, utilizando cada oportunidad que se tenga para insistir con la importancia del cese tabáquico (Ia-B).
  • El tratamiento combinando de estrategias cognitivo-conductuales y farmacoterapia debe recomendarse en todas las mujeres fumadoras para maximizar las posibilidades de lograr el cese del tabaquismo (Ia-A).

7. Hipertensión arterial.

  • Control de factores de riesgo cardiovascular asociados y cambios de estilo de vida, dieta saludable rica en frutas y verduras, cereales, pescado, alimentos con contenido bajo en grasas saturadas, limitar consumo de alcohol, 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada o 75 de alta intensidad, cesación tabáquica. Se recomienda restringir la ingesta de sal común a menos de 5 g/día (equivalente a 2 g/día de sodio, considerando una concentración de 400 mg de sodio/g de sal). Se recomienda control del peso, manteniendo un índice de masa corporal entre 20 y 25 kg/m2y < 88 cm (Ia-A).
  • Mujer joven con hipertensión, premenopáusica: pesquisar causas de hipertensión arterial secundaria con elección de fármaco adecuado al hallazgo. Se debe tomar la presión arterial antes de indicar anticonceptivos orales combinados y mantener control cada seis meses de manera ideal (Ia-A). No utilizar inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina/antagonistas de los receptores de la angiotensina-2 (efecto teratogénico ante posibilidad de embarazo), excepto que la afección clínica lo amerite acorde a su estado de salud, comorbilidades y con medidas de anticoncepción seguras.

8. Factores psicosociales, estrés y depresión.

  • Debe realizarse investigación de factores psicosociales, estrés y depresión en mujeres en prevención primaria de enfermedad cardiovascular para estratificar correctamente el riesgo cardiovascular (potenciadores de riesgo). Diagnóstico de antagonistas de los receptores de la angiotensina-2 específicos (depresión, estrés, personalidad tipo D, estatus socioeconómico, etcétera) mediante cuestionarios estandarizados, en mujeres de alto riesgo o con enfermedad cardiovascular manifiesta, para identificar condiciones que disminuyan el cumplimiento terapéutico. Pacientes con resultados positivos en prueba de detección deben ser remitidas a un profesional calificado para su tratamiento. Realizar intervenciones psicosociales (psicoterapia, terapia cognitivo-conductual, control de estrés, soporte social) en mujeres con enfermedad cardiovascular establecida y factores psicosociales para mejorar bienestar psicológico y calidad de vida. Prescripción de rehabilitación cardiaca o actividad física como parte del manejo integral en mujeres con estrés y depresión y enfermedad cardiovascular establecida, para reducción de mortalidad y riesgo cardiovascular (Ia-A).

9. Enfermedades autoinmunes.

  • Las mujeres con enfermedad autoinmune presentan un riesgo de enfermedad cardiovascular elevado y expectativa de vida reducida por lo que se recomienda evaluación del riesgo cardiovascular y control intensivo de factores de riesgo cardiovascular (IIb-A). Cardiooncología.
  • Se recomienda incluir en la anamnesis los antecedentes oncológicos y el tipo de tratamiento recibido para evaluar el perfil de riesgo de la paciente. A toda paciente con antecedente de cáncer se le recomienda estilo de vida saludable con cesación tabáquica, actividad física, dieta saludable, bajo consumo de sal y limitar el consumo de alcohol. A estas pacientes también se les debe transmitir la importancia de controlar los factores de riesgo cardiovascular convencionales para mejorar tanto el pronóstico oncológico como el cardiovascular. Las pacientes bajo tratamiento oncológico, con fármacos de probada cardiotoxicidad, deberían realizar consulta cardiológica durante el tratamiento y posterior al mismo (Ia-A).

 

11. Menopausia.

  • Se recomienda indagar sobre la historia ginecológica de las pacientes, incluyendo la edad de menarquia, durante el cribado de factores de riesgo cardiovascular (Ia-A).

12. Insuficiencia ovárica prematura, menopausia y terapia hormonal.

  • Se recomienda indagar, en la primera consulta, la historia ginecoobstétrica, incluyendo la edad de aparición de la menopausiapara determinar la presencia de insuficiencia ovárica prematura o menopausia temprana, durante el cribado de factores de riesgo cardiovascular. Se debe explicar y alertar del incremento del riesgo cardiovascular e instruir sobre cambios en el estilo de vida. Se recomienda considerar a las mujeres con insuficiencia ovárica prematura o menopausia precoz con riesgo cardiovascular incrementado (Ia-A).
  • Se recomienda una investigación exhaustiva de todos los factores de riesgo cardiovascular para establecer el riesgo cardiovascular de la paciente, contemplando  la insuficiencia ovárica prematura y la menopausia precoz como incrementadoras de riesgo cardiovascular. Las pacientes con insuficiencia ovárica prematura deberían seguir un tratamiento con expertos en climaterio y endocrinología (Ia-B).

13. Síndrome de ovario poliquístico.

  • Las mujeres en edad fértil con sobrepeso u obesidad deben ser sometidas a estudios para descartar síndrome de ovario poliquístico(IIa-A).
  • Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico deben ser alertadas del aumento del riesgo cardiovascular y recibir recomendaciones para detección y control de factores de riesgo cardiovascular. Recomendaciones para cambios de estilo de vida: dieta saludable, rica en frutas y verduras, cereales, pescado, alimentos con bajo contenido en grasas saturadas. limitar consumo de alcohol, 150 a 300 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada, incluir actividades de fortalecimiento muscular dos veces por semana, cesación tabáquica (I).
  • En mueres con síndrome de ovario poliquístico es fundamental el control del peso (IMC < 25 kg/m2) y la evaluación periódica, para descartar diabetes o prediabetes. En mujeres con esta enfermedad y sobrepeso u obesidad que no logren el objetivo de reducción del peso con modificaciones del estilo de vida. deberá considerarse la asociación de terapia farmacológica para el tratamiento de la obesidad, la resistencia a la insulina y la intolerancia a la glucosa (I).

14. Trastornos asociados con el embarazo.

  • Trastornos hipertensivos del embarazo: considerar la hipertensión arterial durante el embarazo como un futuro factor de riesgo cardiovascular. Se debe empoderar a la mujer con trastornos hipertensivos asociados con el embarazo desde el puerperio mismo, con la suficiente información, para que comprenda el aumentado riesgo cardiovascular futuro (I-A).
  • Diabetes gestacional: toda mujer embarazada, independiente de los factores de riesgo y el comportamiento glucémico en el primer trimestre de embarazo, debe ser tamizada para diabetes (tamizaje universal) durante las semanas 24 a 28 de gestación. Toda mujer que fue diagnosticada de diabetes debe recibir intervenciones educativas después del parto sobre el riesgo aumentado a futuro de la patología. Síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular en un plazo que puede superar los diez años posparto. Toda mujer con diabetes gestacional debe someterse a una prueba de tolerancia a la glucosa entre las 4 y 12 semanas tras el parto y este debe repetirse cada uno a tres años (I-A).

15. Medidas no farmacológicas y farmacológicas en prevención primaria.

  • La dieta saludable es un pilar fundamental en la reducción del riesgo cardiovascular en todas las etapas de la vida de la mujer. Se recomienda dieta saludable, rica en frutas y verduras, granos enteros y semillas, legumbres y nueces, pescado. Se recomienda bajo consumo de carnes rojas (I-B).
  • El consumo de alcohol no está incluido en un estilo de vida saludable, pero se permite su consumo con moderación (no debe superar los 100 g semanales). La limitación en el consumo de alcohol debe recomendarse como parte de las medidas preventivas en los pacientes con obesidad, hipertensión arterial, diabetes y dislipidemia (I-B).

 

La Dra. Mildren del Sueldo, directora pasada del Consejo de Enfermedad Cardiovascular en la Mujer, de la Sociedad Interamericana de Cardiología, directora de Mujeres en Rojo Argentina de la Federación Argentina de Cardiología, una de las autoras, comentó: «Estas guías intentan aproximar a los médicos tratantes una visión de la prevención de la enfermedad cardiovascular en la mujer para lograr así mejores diagnóstico y tratamiento que redunden en una mejor calidad de vida y logren disminuir la alta morbimortalidad por esta que tiene la mujer hoy en día».

¿Qué aportan estas guías?

Recurso muy valioso para los médicos de habla hispana en Latinoamérica y ponen de manifiesto el trabajo colaborativo de las diferentes sociedades científicas involucradas de esta región. Estas guías intentan acercar a los médicos a una visión de la prevención de la enfermedad cardiovascular en la mujer para mejorar el diagnóstico y tratamiento que contribuya a mejorar la calidad de vida y la disminución de la alta mortalidad por enfermedad cardiovascular que tiene la mujer en la actualidad.