Tratamiento intensivo para bajar el colesterol de lipoproteínas de baja densidad no parece aumentar el riesgo de deterioro cognitivo o ictus

El tratamiento intensivo para bajar el colesterol de lipoproteínas de baja densidad no parece aumentar el riesgo de deterioro cognitivo o ictus

El cerebro es el órgano más rico en colesterol del cuerpo y algunos médicos e investigadores habían cuestionado si una reducción agresiva del colesterol de lipoproteínas de baja densidad mediante estatinas, inhibidores de la proproteína convertasa subtilisina/kexina de tipo 9 y otros tratamientos solos o combinados inducían cambios estructurales y funcionales anormales. Ahora un panel de 8 expertos de American Heart Association (AHA) revisó las evidencias, las guías y la opinión de especialistas y concluyó que los estudios clínicos aleatorizados no respaldan ninguna asociación convincente entre el tratamiento hipolipemiante y el deterioro cognitivo o el ictus hemorrágico, por lo cual esos temores no deberían disuadir a los clínicos de prescribir esa terapia con objetivos estratificados por riesgo.

 

Valoración: «Iniciar o continuar cualquier programa de tratamiento requiere una estrecha colaboración entre el paciente y su proveedor de atención médica. Los beneficios de una reducción agresiva de los lípidos en personas con riesgo de enfermedad cardiovascular e ictus se han establecido claramente a través de múltiples ensayos clínicos. Nuestra revisión debería ayudar a informar las discusiones entre pacientes y proveedores de atención médica que abordan los beneficios y riesgos del tratamiento», manifestó en un comunicado el líder del grupo que redactó el documento, Dr. Larry Goldstein, jefe del Departamento de Neurología de la University of Kentucky, en Lexington, Estados Unidos.

Argumentos: Además de los resultados de estudios, los autores aseguraron que no existe un mecanismo plausible que puede explicar un vínculo entre el descenso del colesterol de lipoproteínas de baja densidad y la neurodegeneración o hemorragias cerebrales. Por ejemplo, «el contenido de colesterol en el cerebro está aislado en gran medida de los niveles de la circulación periférica por la barrera hematoencefálica. Existen mecanismos para el movimiento del colesterol hacia el cerebro, pero son en gran medida independientes de los niveles en la circulación sistémica».